martes, 6 de agosto de 2013

CASTILLO DE LA ALAMEDA Y PANTEÓN DE LA FAMILIA ZAPATA



CASTILLO DE LA ALAMEDA


El castillo de La Alameda o también llamado, castillo de Barajas o castillo de los Zapata, está situado en el barrio de la Alameda de Osuna, dentro del distrito de Barajas, perteneciente a Madrid.

Fue construido en el s.XV sobre un pequeño  promontorio. El castillo fue levantado entre 1431 y 1476, a instancias de la poderosa familia de los Mendoza.
En el s.XX fue adquirido por el Ayuntamiento de Madrid, por cesión urbanística.

En la actualidad el castillo se encuentra en estado de semi-ruina, es una de las cuatro fortificaciones medievales que se conservan en Madrid. 

El castillo de La Alameda, es de pequeñas dimensiones. Su superficie interior es de 200 m². Presenta planta rectangular, con esquinas redondeadas. Solo se mantienen en pie dos torres, una cuadrangular, en el ángulo noroeste, y otra cilíndrica, en el extremo opuesto. Se aprecia también algo del foso que rodea el castillo. 

En la década de los ochenta, se llevaron a cabo diferentes excavaciones arqueológicas, que descubrieron, que el edificio, se asienta sobre restos de antiguas construcciones, prerromanas y tardorromanas. 
Su historia se entronca con la saga de los Zapata, apellido vinculado al patriciado urbano del Madrid bajomedieval. El castillo fue otorgado como dote, por el rey Juan II de Castilla, a Inés de Ayala y Ruiz Sanz Zapata. 

En 1575, el edificio original fue objeto de una ampliación y reforma, promovida por Francisco Zapata de Cisneros, señor de La Alameda y conde de Barajas. Se levantó la torre del homenaje y se construyeron nuevas crujías en los laterales oriental y meridional. 

Entre los personajes históricos que han vivido en el castillo, destaca el duque de Alba, que lo habitó en 1580, a su regreso del destierro de Uceda.
En él murió el duque de Osuna (año 1622).  Tras su fallecimiento, la condesa de Benavente, su esposa, decidió comprar las tierras adyacentes que, con el tiempo, dieron lugar a la finca de la Alameda de Osuna. 

Un incendio a en 1697 fue la ruina final del Castillo, que se había ido derrumbando a lo largo de ese siglo. 

En 1777  se realiza una petición de las religiosas del convento de Santo Domingo el Real de Madrid,  que suplican que, para rehacer unas tapias caídas de su convento, puedan sacar la piedra necesaria, de las ruinas del castillo de la Alameda. El permiso se concede, pero sólo contempla la piedra que hubiese desprendida, para no hacer más ruina del edificio.

Pero en 1785, con autorización plena del municipio, y ya sin ningún reparo, la duquesa de Osuna, que era una mujer muy poderosa, extrajo buena parte de la piedra del castillo para edificar con ella su palacete, en su cercano parque "El Capricho", lo cual, termina de dejar el castillo en una completa ruina.

En el siglo XVIII el castillo quedó despoblado. En el siglo XIX,  fue expoliado y sus materiales empleados para la construcción del panteón de los Fernán Núñez (Familia Zapata), familia que heredó el título nobiliario del condado de Barajas. 

PANTEÓN DE LOS DUQUES DE FERNÁN NÚÑEZ O FAMILIA ZAPATA
 
Junto al castillo de Barajas, y junto al parque de El Capricho, en tierras de lo que fue la finca de La Alameda, se levanta un edificio de estilo neogótico, el panteón de los duques de Fernán Núñez, o llamado también, de la familia Zapata.
El Panteón es obra del arquitecto Francisco de Cubas y González, marqués de Cubas. Fue bendecido solemnemente el día 25 de Noviembre de 1883. Los primeros restos que reciben sepultura el día 27 de Abril de 1884, son los de Isabel Falco Gutiérrez de los Ríos, hija de María Pilar Gutiérrez de los Ríos, III duquesa de Fernán Núñez, y de Manuel Pascual Luis Falcó, marqués de Almonacid.
Junto al Panteón se encuentra el antiguo cementerio de La Alameda, que junto con el castillo, hacen del lugar, un promontorio entre aspecto señorial, regio y fantasmagórico, que hace de la construcción y alrededores, un curioso lugar para ser visitado.

Para llegar hasta él, hay que recorrer un camino de piedra, flanqueado a ambos lados por magníficos magnolios.
Las magnolias de estos árboles, escondidas en ellos, a pesar de su gran tamaño, a veces desapercibidas, despiden un olor exquisito, que perfuman el camino.

Y según te vas acercando al panteón, comienzas a escuchar el grito de cientos de pequeños loritos verdes, que últimamente se han instalado en los parques de Madrid, que te reciben agresivos, en su intención, de disuadir al visitante para que abandone el lugar, y ciertamente…hay veces que lo consiguen, pues se puede sentir en el lugar que "algo" o "alguien", además de los pájaros…no quieren que estés allí.

Myriam Cobos (Fotos de Myriam Cobos)





 



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