domingo, 1 de febrero de 2015

PARQUE CUÑA VERDE DE VICÁLVARO (PARQUE AMÓN&ALOM)



Este es un parque, denominado periurbano, muy especial. 
Está situado en una transición entre las edificaciones de Vicálvaro y las autopistas periféricas M-40 y Radial 3, de Madrid. 


Se sitúa entre varias poblaciones entre los municipios de Vicálvaro, Las Rosas, Moratalaz y San Blas, podríamos decir que está situado en un cruce de caminos, en una "Tierra de Nadie". 
 Para acceder a él, desde el Barrio de Las Rosas, hay que atravesar dos puentes impresionantes, de una moderna construcción, muy espectaculares, parece que despegasen hacia el cielo y en medio de uno de ellos, se puede sentir cómo se mueve y cimbrea al paso de los vehículos que transitan por debajo a gran velocidad, la sensación al atravesarlos es de entrar en otra dimensión, que son unas puertas que te conducen a un mundo misterioso, en el que siempre encuentras cosas interesantes.

Son caminos que te van introduciendo cada vez más en un ambiente diferente, te trasladan desde el más ruidoso bullicio de la población y la transitada M-40 de Madrid, hasta un lugar aparentemente aislado donde pasear, observar, y relajarse.



Una vez atravesados los puentes, entramos en el parque: 

Tiene dos áreas bien diferenciadas, por lo que ha sido bautizado por mí como: "Parque Amón&Alóm" y así es conocido entre los míos. 



La parte de AMÓN:

Es la primera parte que encontramos después de atravesar los puentes, es la parte más abierta, con preciosas fuentes, un lago con canal y un río artificial, de donde surgen unos impresionantes juncos.


Posee una rosaleda, zonas para realizar ejercicios, zona infantil con columpios y un auditorio, que  está en el centro de las dos zonas, haciendo así una imaginaria separación de ambas.
La vegetación lo rodea, pero tímidamente, está asfaltado en diferentes tipos de baldosas y también tiene caminos de arena.
Posee unas fuentes grandes, preciosas, modernas y con mucho encanto, hay incluso quienes lanzan monedas a sus aguas pidiendo deseos. 
Son bonitas de ver por el día y más impresionantes aún por la noche.




La parte de ALOM


Es la parte más alejada de la entrada, esta zona tiene mucha más vegetación que asemeja un trocito de bosque. 

Los árboles son frondosos, el suelo es de césped y sus caminos arenosos y más estrechos.
 

La sensación es distinta, es mucho más cerrado que la parte Amón, y tiene un gran vigilante: Un cuervo, que te da la bienvenida cuando llegas. 



Sentarte en un banco a disfrutar de esa naturaleza es muy especial, pues sientes cómo los elementales te rodean y las personas más sensitivas pueden captar ese halo mágico. 

Desde este parque se divisa un cielo inmenso que es ideal de ver en todas las estaciones y diferentes climatologías.
 

Al fondo de la zona del parque Alom, hay unas canchas y un pequeño campo del futbol, donde familias enteras se reúnen cada domingo por la tarde para celebrar fiestas como por ejemplo el Nuevo Año Maya o la Virgen del Quinche, y partidos de futbol, siendo un lugar muy propicio para compartir y disfrutar.


Algo muy característico de este parque, en general, en las dos de sus partes, son las farolas que acompañan todo el recorrido, pasear por él de noche es casi mágico, ya que junto con el sonido de sus fuentes, hay un sonido especial de las farolas, que son de gas, y parecieran salidas de la mismísima película de Harry Potter.

Su auditorio es muy particular, está construido con la técnica de los antiguos anfiteatros, si te sitúas en el centro del mismo el sonido se acrecienta y parece que hablases o cantases por un megáfono.

Es un parque en el que siempre encuentras sorpresas, un lugar en ninguna parte, donde lo que más se siente, es el silencio, la tranquilidad, la calma…ya que no es frecuentado por mucha gente y del que sales siempre, con la sensación, de haber estado en un lugar fuera del espacio y el tiempo.
 Myriam Cobos
Fotografías de: Myriam Cobos