Solemos
asociar siempre la práctica del Taichí a las personas mayores, incluso a los
más mayores, pero nos olvidamos que la práctica de Taichí es una de las mejores
disciplinas que puede realizar cualquier persona, de cualquier edad y, por
supuesto, muy recomendable para niños y adolescentes.
Es muy
importante conocer que el Taichí, como casi cualquier técnica de medicina
china, es preventiva, por tanto, es tan importante y aconsejable comenzar su
práctica cuanto antes, desde jóvenes y niños, pues ello hará que sean unos
adultos saludables y libres de muchas enfermedades, tanto físicas como
mentales.
Con la
práctica del Taichí sus defensas aumentan y su cuerpo permanece saludable, su
vida será más longeva y su calidad de vida en la madurez y en la vejez será muy
buena.
Hay estudios
científicos que aseguran que mejora ciertas enfermedades como la artritis
infantil, asma, bronquitis y alergias.
Favorece la
concentración, incluso un estudio de la Universidad de Florida asegura, que
quienes practican Taichí habitualmente tienen mayor volumen cerebral y mejores
resultados en test de memoria y razonamiento.
Este estudio
también dedujo que las personas estudiadas tenían un cerebro un poco más
grande, mayor habilidad cognitiva y mejor memoria, lo que hace que el niño que
practica Taichí mejore en su rendimiento escolar.
La práctica
del Taichí mejora la respiración, aumenta la capacidad pulmonar y bronquial,
aumenta la caja torácica por lo que es muy recomendable para niños con
problemas respiratorios.
Es una práctica
beneficiosa para enfermedades como la fibromialgia, ansiedad, depresión y
trastornos del sueño. Sirve especialmente para aliviar dolores crónicos y es beneficioso para el sistema inmunológico y
el sistema nervioso central.
Con el
Taichí se trabaja la elasticidad del cuerpo, trabajando músculos y tendones, las articulaciones se mueven y el
cuerpo comienza a estar en perfecta forma, aportándoles una ayuda en el
crecimiento, evitando la escoliosis y otras enfermedades posturales.
Provoca
también un cambio en los hábitos alimenticios, ayuda a mejorar la alimentación
y que los niños y adolescentes, comiencen a comer sano de una forma natural y
no obligada, pues su propio cuerpo les comienza a pedir alimentos sanos y
comidas saludables, además de liberarles de la sensación de estrés y de la
ansiedad, que a veces son las causas de comer en exceso.
La práctica
habitual de Taichí también provoca un sentimiento de ayuda, cooperación y
respeto hacia los demás, un conocimiento de sí mismo que revierte en una gran
autoestima, que hará que el niño adquiera una personalidad propia, que hará que
no sea fácilmente manipulado por los demás.
El Taichí es
una filosofía de vida que hace que las nuevas generaciones, si practican habitualmente,
puedan tener una vida más longeva y saludable, además de una visión del mundo
mucho más armoniosa y unos valores más positivos, lo cual no solo mejorará su
propia vida, sino también la de quienes les rodean, haciendo de este mundo, un
lugar mejor.
Myriam Cobos
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