domingo, 6 de julio de 2014

ZENOBIA, REINA DE PALMIRA O LA REINA GUERRERA

Su nombre completo era: Septimia Bathzabbai Zainib, pero era conocida, y se la conocería, por el nombre de Zenobia.
Esta es, una de tantas mujeres importantes, valientes, inteligentes, sabias...que ha habido en la historia y que han conseguido cambiar los destinos de pueblos e imperios enteros etc, pero que han sido ninguneadas por la historia, por el solo hecho, de ser mujer.
Como mujer que soy, rompo una lanza siempre en favor de las mujeres olvidadas, y me sirvo de este, mi blog, para homenajearlas y que su memoria no caiga en el olvido.


LA CIUDAD DE PALMIRA nació en un oasis del desierto de Siria y pronto alcanzó un gran desarrollo gracias a su situación estratégica en la Ruta de la Seda. Se trataba de una encrucijada entre Oriente y Occidente, entre el Imperio Persa y el Imperio Romano, estaba situada en un lugar estratégico, por lo que era deseada por muchos reinos, entre ellos, el más poderoso, el Imperio Romano, que optó al principio por aliarse y convertirla en ciudad aliada, comercialmente hablando.



                           ZENOBIA
Fue la segunda mujer del príncipe Odenato de Palmira, y reina del Imperio de Palmira, entre los años 267 y 272. Zenobia era de  religión pagana.
Odenato era un príncipe cliente del Imperio romano, estaba a las órdenes del imperio. De su primer matrimonio tenía un hijo llamado Hairan.
Zenobia se casó con el príncipe o rey de Palmira, como su segunda esposa, alrededor del año 266, fruto de este matrimonio nació un hijo, Lucius Iulius Aurelio Septimio Vaballathus Atenodoro, más conocido como Vabalato.

Pero en el año 267, el príncipe Odenato, marido de Zenobia, fue asesinado, junto con su hijo y heredero, de su primer matrimonio. Entonces Zenobia, que era madre de un bebé de tan solo un año de edad, a sus 22 años, sucedió a su esposo y tomó las riendas del poder, en nombre de su pequeño hijo heredero. A Zenobia y a su hijo le fueron otorgados los títulos honoríficos de Augusta y Augusto.
 Zenobia fortificó y embelleció la ciudad de Palmira con una avenida custodiada por grandes columnas corintias de más de 15 metros de altura. Estatuas de héroes y de benefactores por toda la ciudad, pidiendo a todos los nobles de la ciudad que mandaran esculpir sus estatuas y con ellas levantaran una columna en la que exhibirlas.
Todos los notables de la ciudad, posaron ante los artistas para satisfacción de los ediles. En Palmira podían encontrarse cerca de doscientas estatuas en sus columnas y en las paredes del ágora.


La ciudad que contaba con una población que superaba los 150.000 habitantes, estaba llena de hermosos templos, monumentos, jardines y edificios públicos, entre ellos destacaba el Templo del Sol. Las murallas que rodeaban la ciudad, según se decía, tenían 21 kilómetros de circunferencia.



Aprovechando las disputas en el interior del Imperio Romano, por la corona del mismo, el reino de Palmira se sublevó e intentó crear su propio imperio, con la clara intención de dominar a los dos que le flanqueaban, el romano y el sasánida.
También tenían el incentivo de aprovechar el vacío de poder que el Imperio sasánida aún no había alcanzado a llenar.

Zenobia sublevó al reino de Palmira e intentó crear su propio imperio.
Roma, envuelta en un nuevo periodo de caos debido a las distintas sucesiones, dejaba a la reina de Palmira, que estaba bien asentada en su reino, intentar aspirar a crear un tercer imperio que dominara a ambos.
Zenobia fue conquistando nuevos territorios, aumentando el territorio del Imperio de Palmira en memoria de su esposo y como un legado a su hijo. Su objetivo declarado era proteger el Imperio Romano de Oriente del Imperio Sasánida, por la paz de Roma, sin embargo, sus esfuerzos aumentaron significativamente el poder de su trono.
En 269, Zenobia y su ejército conquistaron violentamente Egipto. Probus Tenagino y sus fuerzas, trataron de expulsarles de Egipto, pero el ejército de Zenobia capturó y decapitó a Probus. Zenobia se proclamó reina de Egipto y acuñó monedas con su nombre. En ese momento su reino se extendía desde el Nilo hasta el Éufrates.

Después de estas incursiones iniciales, Zenobia llegó a ser conocida como "LA REINA GUERRERA" al dirigir ella misma a su ejército, demostrando ser buena jinete, y ser capaz de caminar tres o cuatro millas con sus soldados a pie.
Zenobia hizo expediciones con su gran ejército y conquistó Anatolia, Ancira y Calcedonia, y más tarde Siria, Palestina y el Líbano.
Zenobia tomó rutas de comercio que eran vitales para los romanos, ampliando de esta manera su poder y vengándose así del Imperio romano, que había asesinado a su esposo y a su hijastro.

En vista de la pérdida de poder de Roma frente al imperio de Zenobia, el emperador Aureliano, decidió finalmente emprender una gran campaña militar contra Zenobia. Mandó un grueso de sus fuerzas hacia Egipto y parte de su ejército hacia el Este.

Zenobia contaba con un gran ejército, formado por sus arqueros y catafractos (caballería pesada en la que tanto el jinete como el caballo portaban armadura). Pero, a pesar de todo su esfuerzo, Aureliano terminó por conquistar Egipto y lanzó sus fuerzas hacia Siria.

Zenobia fue derrotada en Emesa, actual Homs (Siria), y se retiró a Palmira, donde fue sitiada por Aureliano.
Palmira había hecho acopio de víveres y confiaba en la fuerza de sus arqueros, esperando resistir durante meses, pero gracias a los jefes árabes del desierto, que Zenobia había desdeñado, Aureliano venció la resistencia de la ciudad, en poco tiempo.
Zenobia y su hijo se escaparon de allí en camello con la ayuda de los sasánidas, pero finalmente fueron capturados en el río Éufrates por los jinetes de Aureliano.

El corto reinado de Zenobia sobre Egipto y el Imperio de Palmira habían terminado.
Los habitantes de Palmira se negaron a rendirse, fueron capturados y ejecutados por orden de Aureliano, pero antes destruyeron la ciudad para que los romanos no encontrasen nada.

Zenobia había sido derrotada y enviada como rehén a Roma a la presencia del emperador Aureliano.
A partir de este momento, el destino de Zenobia, qué fue de ella, está confuso. Existen diferentes teorías al respecto, desde que una enfermedad acabó con su vida, hasta que fue una huelga de hambre o una decapitación, la causa de su muerte...

Pero la versión más optimista, y con la que yo, que soy una romántica y apasionada, prefiero quedarme, es la que nos cuenta, que el emperador Aureliano, quedó tan impresionado al conocer a Zenobia, que se enamoró perdidamente de ella, no solo de su belleza, sino de su inteligencia, fortaleza y sabiduría, que inmediatamente la liberó, otorgándole una villa en Tibur (actual Tívoli, Italia) donde se convirtió en una filósofa destacada de la alta sociedad, viviendo hasta el fin de sus días, como una matrona romana.
Myriam Cobos